Si en los últimos meses te has sentido identificado con síntomas como depresión, ansiedad, baja autoestima, dificultad para tomar decisiones, y confusión mental, incluso cansancio a pesar de haber tenido más de 8 horas de sueño, es probable que tu cuerpo este presentando lo que se conoce como “Candidiasis intestinal” Algunas de las consecuencias en nuestro cuerpo son dolor de cabeza, malestar general y permeabilidad intestinal, fatiga injustificada, diarrea o estreñimiento.
Aunque existen más de 150 especies de cándidas distintas, la más común es la Cándida Albicans, absolutamente todos la necesitamos en nuestro cuerpo ya que cuando vive en armonía dentro de nosotros cumple funciones como mantener el equilibrio intestinal, elimina también los restos de carbohidratos mal absorbidos e incluso es capaz de absorber algunos metales pesados para evitar que entren en nuestro torrente sanguíneo y de esa manera mantener un PH equilibrado de nuestra sangre.
Entonces… ¿cuándo surge el problema?
El problema surge cuando por diversos factores el sistema inmune se deprime y ocasiona el desequilibrio en la microbiota intestinal causando el aumento excesivo de esta levadura. Algunos de los factores que podrían desencadenar este desequilibrio son los siguientes: consumir en exceso azucares o carbohidratos, levaduras o trigo, ya que es la principal manera de alimentar la levadura; uso excesivo de antibióticos, porque destruye la microbiota intestinal bacteriana, pero no la candidiasis; falta de nutrientes, sobre todo cuando no hay hábitos de alimentación saludables, fermentación, mala digestión o carencia en la absorción de los nutrientes; y consumo de agua del grifo, porque contiene cloro que destruye la microbiota intestinal y flúor que deprime el sistema nervioso además de ser un factor importante en la calcificación de la glándula pineal, lo que conlleva a una afectación a nivel físico, mental y emocional.
Debido a que se relaciona con áreas emocionales o atencionales, hay muchas personas que en la búsqueda de ayuda recurren a los psicólogos por su cuadro depresivo, o a neurólogos por la migraña o falta de memoria, lo que termina en medicación, cuando en realidad se sufre de candidiasis crónica, valdría la pena entonces considerar sanar nuestro cuerpo desde el origen, una alternativa es una alimentación adecuada para combatirla.
Si tienes algunas dudas, y quisieras un diagnóstico, hay algunas maneras de obtenerlo.
Por análisis de sangre. Si los niveles de eosinófilos tienden a estar en el extremo máximo y a la vez los niveles de basófilos bajos es una señal de que hay alguna alteración bacteriana y sobre crecimiento de levaduras.
Test de la arabinosa en orina. Es un tipo de azúcar que en presencia de candidiasis no se metaboliza adecuadamente por la orina y da resultados de test elevados.
Cultivos microbiológicos. Para analizar la presencia de levaduras-, ya sean vaginales, de la mucosa bucal, oftalmológico, nasal o de heces.
Test del vaso y la saliva. Según Andreas Moritz en su libro “Los Secretos Eternos de la Salud”. Al levantarse por la mañana, hay que enjuagarse la boca y luego llenar un vaso de agua fresca. Se junta un poco de saliva y se escupe en el vaso. Hay que observar qué sucede con la saliva durante los siguientes 30 ó 40 minutos, en especial durante los primeros minutos. Si se tiene una infección por cándida aparecerá al menos uno de estos indicios:
Hebras que se forman a partir de la saliva y descienden hacia el fondo del vaso.
Presencia de saliva de aspecto extraño en el fondo del vaso.
Pequeñas motas turbias suspendidas en el agua.
Cuanto más rápido se formen las hebras y las pequeñas motas turbias, más extendida estará la infección. Si los indicios señalados suceden de inmediato, significa que las bacterias se han extendido a otras partes del cuerpo. Por otro lado, si la saliva queda flotando en la superficie y el agua se mantiene perfectamente clara, lo más probable es que no se tenga ninguna infección. Cuando existe un desarrollo excesivo de bacterias, la prueba mostrará los resultados a cualquier hora del día.
Psic. Karla Gisela Anaya Garduño.
Certificada en Neuropsicología Biomagnética por la Escuela Superior Dr. Isaac Goiz Durán
Especialista en Autismo y TDAH.